domingo, 30 de abril de 2023

Enfermedades Transmitidas por Vectores: Prevencion y Conciencia

ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES: PREVENCION Y CONCIENCIA

Las enfermedades transmitidas por vectores son aquellas en las que un organismo, como un mosquito, una garrapata o una mosca, actúa como intermediario para transmitir patógenos, como virus, bacterias o parásitos, a los seres humanos. Estas enfermedades representan una amenaza significativa para la salud pública mundial, causando millones de casos y miles de muertes cada año. La prevención y la concienciación sobre estas enfermedades son fundamentales para reducir su impacto y proteger a las poblaciones en riesgo.

Principales enfermedades transmitidas por vectores: 

Entre las enfermedades transmitidas por vectores más comunes y peligrosas se encuentran el paludismo, el dengue, la enfermedad de Chagas, la enfermedad de Lyme y la fiebre amarilla. Estas enfermedades afectan a personas de todas las edades y géneros, y pueden causar desde síntomas leves hasta cuadros graves o fatales.

Prevención personal: 

La prevención personal es esencial para reducir el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por vectores. Entre las medidas de prevención personal se incluyen el uso de repelentes de insectos, ropa protectora y mosquiteros impregnados con insecticida. Además, es fundamental evitar las áreas donde abundan los vectores, especialmente en las horas pico de actividad.

Control de vectores: 

El control de las poblaciones de vectores es una estrategia clave para reducir la transmisión de enfermedades. Esto puede incluir el uso de insecticidas, la eliminación de criaderos de vectores y la modificación del medio ambiente para dificultar su proliferación. La colaboración entre las comunidades y las autoridades locales es crucial para implementar y mantener programas de control de vectores efectivos.

Educación y concienciación: 

La educación y la concienciación sobre las enfermedades transmitidas por vectores y las medidas de prevención son fundamentales para proteger a las poblaciones en riesgo. Las campañas de concienciación pueden incluir información sobre cómo identificar y evitar los vectores, así como la importancia de adoptar medidas preventivas.

Vacunas y profilaxis: 

Para algunas enfermedades transmitidas por vectores, como la fiebre amarilla, existen vacunas eficaces disponibles. La vacunación es una estrategia importante para prevenir la propagación de estas enfermedades. Además, en ciertos casos, como el paludismo, se pueden utilizar medicamentos profilácticos para reducir el riesgo de infección.

Diagnóstico y tratamiento: 

Un diagnóstico temprano y preciso de las enfermedades transmitidas por vectores es crucial para garantizar un tratamiento adecuado y reducir el riesgo de complicaciones graves. Los profesionales de la salud deben estar capacitados y equipados para reconocer y tratar estas enfermedades.

Vigilancia y respuesta: 

La vigilancia epidemiológica y entomológica es fundamental para identificar brotes de enfermedades transmitidas por vectores y monitorear las poblaciones de vectores. Una respuesta rápida y coordinada entre los sistemas de salud y las autoridades locales puede ayudar a contener brotes y reducir su impacto en la salud pública.

Cooperación internacional: 

La cooperación internacional es crucial para abordar las enfermedades transmitidas por vectores, ya que estos patógenos no respetan las fronteras nacionales. La colaboración entre países y organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, puede facilitar el intercambio de información, el desarrollo de estrategias de prevención y control, y la movilización de recursos para combatir estas enfermedades.

Investigación y desarrollo: 

La investigación y el desarrollo continuos son fundamentales para mejorar las herramientas y estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades transmitidas por vectores. Esto incluye el desarrollo de nuevas vacunas, medicamentos, técnicas de control de vectores y enfoques de vigilancia y respuesta. La colaboración entre los sectores público y privado, así como la inversión en investigación básica y aplicada, es esencial para impulsar la innovación en este campo.

Conclusión: 

Las enfermedades transmitidas por vectores representan un desafío significativo para la salud pública mundial. La prevención y la concienciación son fundamentales para reducir su impacto y proteger a las poblaciones en riesgo. Es necesario un enfoque multidisciplinario y colaborativo, que incluya la educación, la investigación, la cooperación internacional y la implementación de medidas preventivas y de control, para abordar eficazmente estas enfermedades.

Referencias:

1.       Gubler, D. J. (2011). Dengue, urbanization and globalization: the unholy trinity of the 21st century. Tropical Medicine and Health, 39(4 Suppl), 3-11.

2.       Parola, P., Raoult, D. (2001). Ticks and tickborne bacterial diseases in humans: an emerging infectious threat. Clinical Infectious Diseases, 32(6), 897-928.

3.       Patz, J. A., Olson, S. H. (2006). Malaria risk and temperature: Influences from global climate change and local land use practices. Proceedings of the National Academy of Sciences, 103(15), 5635-5636.

4.       Rassi Jr, A., Rassi, A., & Marcondes de Rezende, J. (2012). American trypanosomiasis (Chagas disease). Infectious Disease Clinics of North America, 26(2), 275-291.

5.       World Health Organization. (2017). Vector-borne diseases. Retrieved from https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/vector-borne-diseases

6.       World Health Organization. (2020). A global brief on vector-borne diseases. Retrieved from https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/111008/WHO_DCO_WHD_2014.1_eng.pdf?sequence=1&isAllowed=y

 

Difteria

DIFTERIA 

La difteria es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae. Esta bacteria produce una exotoxina que provoca lesiones en los tejidos y puede afectar a varios órganos y sistemas del cuerpo humano, incluyendo el sistema respiratorio y nervioso.

AGENTE CAUSAL

Corynebacterium diphtheriae es una bacteria Gram-positiva, no esporulada, aerobia y no móvil. Tiene forma de bastón y puede presentarse en disposiciones características, como agrupaciones en forma de "V" o "palisada". La bacteria mide aproximadamente 0.5 a 0.8 micrómetros de ancho y 1 a 8 micrómetros de largo.

Esta bacteria es el agente causal de la difteria, una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al sistema respiratorio. C. diphtheriae es capaz de producir una potente exotoxina, llamada toxina diftérica, que es responsable de los síntomas graves y las complicaciones asociadas con la enfermedad. Sin embargo, no todas las cepas de C. diphtheriae son toxigénicas, y solo aquellas que contienen el gen tox que codifica la toxina diftérica pueden causar enfermedad grave.

FISIOPATOLOGIA

El proceso de infección comienza cuando C. diphtheriae se adhiere a las células epiteliales de las vías respiratorias superiores y coloniza la mucosa. Luego, las bacterias toxigénicas producen la toxina diftérica, que se difunde a través de la circulación sanguínea y se une a las células diana. La toxina interfiere con la síntesis de proteínas en las células, lo que puede provocar lesiones tisulares y daño en varios órganos, como el corazón y los nervios periférico.

MANIFESTACINES CLINICAS

Las manifestaciones clínicas de la difteria varían desde infecciones asintomáticas hasta cuadros graves con complicaciones. Los síntomas más comunes incluyen:

1.      Fiebre

2.      Malestar general

3.      Dolor de garganta

4.      Dificultad para tragar

5.      Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos del cuello

6.      Pseudomembrana grisácea en la garganta, que puede obstruir las vías respiratorias.

MEDIOS DIAGNOSTICOS

El diagnóstico de la difteria se basa en la sospecha clínica y en la confirmación mediante pruebas de laboratorio, como:

1.      Cultivo de muestras de la garganta o la nariz en medios específicos para C. diphtheriae

2.      Pruebas de identificación y tipificación de la bacteria

3.      Pruebas de detección de la toxina diftérica mediante técnicas de inmunofluorescencia o PCR.

TRATAMIENTOS

El tratamiento de la difteria incluye:

1.      Administración de antitoxina diftérica, que neutraliza la exotoxina circulante y debe administrarse lo antes posible.

2.      Antibióticos, como la penicilina o la eritromicina, para eliminar la bacteria y prevenir la producción de más toxina.

3.      Cuidados de soporte y monitorización del paciente en casos de complicaciones, como insuficiencia respiratoria o afectación del sistema nervioso.

PRONOSTICO

El pronóstico de la difteria depende de la gravedad de la enfermedad y de la rapidez con la que se inicie el tratamiento. Con un diagnóstico y tratamiento tempranos, la mayoría de los pacientes se recupera completamente. Sin embargo, en casos graves, la tasa de mortalidad puede alcanzar hasta un 10%.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Efstratiou, A., & Engler, K. H. (2000). CDC manual for the laboratory diagnosis of diphtheria. World Health Organization.

Hadfield, T. L., McEvoy, P., Polotsky, Y., Tzinserling, V. A., & Yakovlev, A. A. (2000). The pathology of diphtheria. Journal of Infectious Diseases, 181(Supplement_1), S116-S120.

Mattos-Guaraldi, A. L., Moreira, L. O., Damasco, P. V., & Hirata Júnior, R. (2003). Diphtheria remains a threat to health in the developing world—an overview. Memórias do Instituto Oswaldo Cruz, 98(8), 987-993.

Murphy, J. R. (1996). Corynebacterium diphtheriae. In: Baron S, editor. Medical Microbiology. 4th edition. Galveston (TX): University of Texas Medical Branch at Galveston.

Pappenheimer, A. M. (1977). Diphtheria toxin. Annual Review of Biochemistry, 46(1), 69-94.

Tiwari, T. S., & Wharton, M. (2018). Diphtheria toxoid. In: Plotkin S, Orenstein W, Offit P, editors. Vaccines. 7th ed. Philadelphia: Elsevier; 2018. p. 261-275.

World Health Organization. (2017). Diphtheria vaccine: WHO position paper, August 2017 – Recommendations. Vaccine, 35(49_Part_A), 6642-6643.


sábado, 22 de agosto de 2020

COVID 19 y SARS Cov 2: Conciencia y Unidad

Cuando se publica la noticia del brote inusual de neumonía en Wuhan, China, el mundo dirige su atención al país asiático de manera preocupante y horrorizados, no solo por el numero de personas afectadas, sino además por la amenaza de que este virus llegue a las puertas de cada país. Muchas teorías han surgido en relación a este evento de salud publica de importancia internacional, entre estos de que este brote no se inició en la mencionada ciudad, sino que ya había estado esparcida desde antes.

Al identificarse el virus similar al etiológico del SARS, brote que ocurre en el 2002 y fue contenido rápidamente, solo se simila en genoma pero una pregunta surge ¿realmente es este virus similar a su hermano coronavirus SARS?. Si se analiza el comportamiento de este virus durante su recorrido por la Tierra, vemos que transcurre mas allá de la población riesgo establecida, es decir casos potenciales de complicaciones cursan normalmente la enfermedad mientras casos sin patología de base aparente o determinada resultan funestas. Esto nos indica que este virus es enigmático y sabemos poco sobre él, incluso comportamiento muy desconcertante e impredecible.

Lo cierto es que ya no respeta población de adultos mayores como se había establecido, sino además que jóvenes de entre 20 y 39 años han sucumbido ante esta patología. Ni hablar del tratamiento, coctel de fármacos que en unos dan resultados y otros no se observa un desenlace satisfactorio. Comunidad científica dividida respecto al uso de ciertos medicamentos que han saltado a la fama como la Azitromicina (antibiótico), la ivermectina (antiparasitario), la tan venerada hidroxicloroquina (antimalarico), entre otros, para frenar la réplica viral.

Se han publicado por las redes sociales múltiples métodos terapéuticos no oficiales como  el uso de aspirina con infusiones de plantas y frutos como limón, guanábana, entre otros, no sabiendo que esto es un arma de doble filo negativo en ambas partes: 1) enmascara la enfermedad y 2) retrasa la asistencia médica. Al unirse estos filos es obvio un resultado mortal para la persona que sigue los consejos de otros que no son médicos o solo tienen conocimientos empíricos. Tanto el primero como el segundo da oportunidad al virus para que haga de las suyas y realice su desorden en el organismo para mas luego la persona sufra las consecuencias de este torbellino de respuesta aberrante del sistema inmunológico, creando la situación muy peligrosa de ser estadística de mortalidad y letalidad por COVID18.

La carrera para detener esta pandemia es ardua y muchos están corriendo por ganar esta batalla, muchos del personal de salud han caído víctimas de este virus en el cumplimiento del deber, otros han bajado la guardia y han sido afectados por otra via extrainstitucional. No obstante, estos esfuerzos se ven opacados cuando una población vulnerable hace caso omiso a las medidas preventivas, violando y desafiando la virulencia de SARS CoV 2, la cual es impredecible, sorpresiva y angustiosa. Cierto nivel de inconciencia reina en la población que no respeta las medidas tanto en el hogar como en los lugares que se visita, en donde los riesgos aumentan por las aglomeraciones de personas que ignoran quizás porten el virus.

Se debe apelar por la conciencia, ya que el mundo esta alertado y educado para aplicar las medidas de seguridad, precaución y prevención contra COVID 19 y transmisión del SARS CoV 2. Las autoridades deben hacer énfasis en la conciencia y entendimiento de las personas sobre el distanciamiento social, aislamiento social, uso de mascarilla, lavado de manos, entre otros, mas que incrementar camas en el hospital.

Lo importante de todo esto es sembrar conciencia en la población para que recapaciten y se unan a esta batalla contra el SARS CoV 2.  Los factores que implican esta falta de consideración van desde priorizar asuntos personales hasta no aceptar la realidad de la enfermedad, creer que es inmune al virus, satisfacer necesidades poco importantes, entre otros. En estos casos la psicología debe analizar esta parte poblacional también. No solo como afecta a la comunidad medica, sino también el comprotamiento, actitud, aceptación de la población ante esta pandemia, asunto que no se ha trabajado o tomado en cuenta por profesionales de la salud mental. Se han enfocado solo en el personal de la salud, nada mal, pero ¿y la población que?, caldo de cultivo de este virus y responsables de la propagación. No se ha hecho investigaciones en la población sobre la afrontacion de la población, ya que los casos aumentan en esta no en los profesionales de la salud, estos son los que resultan afectados en su área laboral.

Muchas interrogantes surgen en base a la propagación. Unos atribuyen a hacinamiento, pobreza, falta de conocimiento, irrespeto a las medidas de prevención, pero ¿Por qué ocurre esto?, ¿Por qué la población no coopera y se presta para seguir propagando la infección?, ¿Resistencia al cambio?, ¿Están preparados para la resiliencia? ¿Reconocen la realidad y magnitud del problema?. Todas estas interrogantes y mas pueden tener respuesta a esta problemática que se presenta hoy día. Es importante tomar en cuenta estos puntos para adentrarse al problema

 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Leptospirosis

Leptospirosis

Ciertamente, esta es una de las zoonosis más frecuentes en el mundo, a la vez una de las más fáciles de tratar pero, en ocasiones difícil de diagnosticar si no se realiza las pesquisas adecuadas.

La leptospirosis suele conocerse como la enfermedad transmitida por la orina del ratón, pero se tiende a limitarla al hogar, es decir, a tomar las precauciones en el domicilio, tales como optima higiene en la cocina, no dejar alimentos a la intemperie durante la noche o periodos prolongados, ya que podría llamar la atención de roedores e invadir esta zona, mantener desperdicios o basura fuera de la casa, entre otras medidas de prevención. Cabe destacar que no solo es en el hogar el mayor riesgo de contaminarse o padecer la enfermedad, sino que este incremento del riesgo está en los trabajadores de granjas, agricultores, personas que residen en zonas de inundaciones, contacto con agua contaminada sea en charcos, lagunas, entre otros.

Panorama Mundial

Según la organización Mundial de la Salud (OMS), La leptospirosis ocurre mundialmente pero es endémica principalmente en países con climas húmedos subtropicales y tropicales. Estimaciones indican que hay más de 500,000 casos mundiales de leptospirosis anualmente. Es una enfermedad de potencial epidémico, principalmente después de lluvias fuertes o inundaciones. Se han registrados brotes en Brasil, Nicaragua, Guyana y en varios otros países de América Latina; aunque se han descrito casos en la mayoría de los países de las Américas. La mayoría de casos registrados tienen una manifestación severa, por lo cual mortalidad es mayor de 10%.

No se conoce precisamente el número de casos humanos debido al subdiagnóstico o diagnóstico erróneo. Los brotes de leptospirosis son muchas veces relacionados con inundaciones y huracanes. La leptospirosis también puede ser un riesgo ocupacional para los que trabajan al aire libre o con animales, por ejemplo los plantadores de arroz y caña de azúcar, agricultores, trabajadores en alcantarillas, veterinarios, trabajadores de lechería, y personal militar. También puede ser un riesgo para aquellos que hacen recreación en aguas contaminadas.

La leptospirosis es un problema de salud pública humana y veterinaria. Las numerosas cepas de Leptospira pueden establecer infecciones en una variedad de huéspedes animales que incluye los roedores, el ganado y otros animales domésticos, mientras que los humanos sirven como huéspedes accidentales. Animales domésticos y silvestres en estado de portador pueden liberar leptospiras intermitentemente por muchos años o hasta durante toda la vida.

Agente Causal

La leptospira es una espiroqueta, y las más patógenas pertenecen al género Leptospira interrogans, de estas existen aproximadamente unas 200 serovariedades. Las serovariedades más identificadas son icterohaemorrhagiae, canicola, autumnalis, hebdomidis, australis y pomona. La serovar hardjo entre personas que están en contacto con ganado infectado. Es de amplia distribución mundial.



Son espiroquetas muy finas, longitud de 0.15 µm, la estructura consta de un protoplasma helicoidal con espiras apretadas y extremidades en forma de gancho. La membrana externa multiestratificada es rica en lípidos (20%) y el peptidoglicano es de ácido α, ε–diaminopilémico. Las leptospiras no se visualizan con los procedimientos de tinción habituales. Observadas en fresco, con microscopia de campo oscuro, se observan “cordeles” finísimos, muy brillantes, dotados de movimientos de rotación y flexión muy activos. La bacteria tiene 18 hélices por célula y la conformación es dextrógira (en dirección de las manecillas de un reloj). También pueden demostrarse mediante microscopia de inmunofluorescencia, o bien teñidas con técnicas de impregnación argéntica. Con microscopia electrónica se ha observado un cilindro protoplasmático enrollado alrededor de un filamento axial recubierto por la membrana externa. 

Existen dos flagelos, uno en cada extremidad, están asociados al cilindro protoplásmico y se extienden hacia el centro de la leptospira sin llegar a cruzarse. A diferencia de las demás espiroquetas, son bacterias aerobias estrictas, poseen oxidasa, catalasa y peroxidasa. Se pueden cultivar en medios artificiales ricos en suero de conejo a 10%, enriquecido con ácidos grasos de cadena larga como principal requerimiento nutritivo. Se desarrollan lentamente en medio de albúmina bovina a 1% y Tween-80, no detectándose crecimiento antes de los cuatro a seis días; el tiempo de duplicación es lento (12 a 24 horas). La temperatura óptima de crecimiento es de 28 a 30o C con pH 7.4. Leptospira interrogans es sensible a la acción de los agentes externos, como la acidez y la desecación, pero puede sobrevivir durante varias semanas en agua y terrenos húmedos con pH superior a 7.0. Esta especie no crece a 13o C, ni en presencia de 225/µg/mL de azaguanina, propiedad que permite separarla de L. biflexa, saprófita. Son susceptibles a la acción de la mayoría de antibióticos, incluyendo penicilina, así como a la de los antisépticos y desinfectantes de uso común. Estructura antigénica Presentan composición antigénica compleja. Los antígenos superficiales localizados en la membrana externa facilitan la clasificación en serotipos (serovares). 

Existen también antígenos de campo comunes a todo el género Leptospira localizados más profundamente. Leptospira interrogans se subdivide según su composición antigénica en 218 serotipos (serovariedades), que por las reacciones antigénicas cruzadas entre ellos, se reúnen en 28 serogrupos. Los anticuerpos generados frente a los lipopolisacáridos de la pared celular son determinantes del serotipo y tiene carácter protector, mientras aquéllos formados frente a los antígenos profundos no son protectores ni específicos.

Modo de transmisión

Es importante conocer sus formas de transmisión y reservorios, ya que de esto depende cuales son los factores de riesgo más frecuentes. La espiroqueta puede estar presente en animales domésticos y salvajes. Los casos notables son las ratas (icterohaemorrhagiae), los cerdos (pomona), el ganado bovino (hardjo), los perros (canicola) y los mapaches (autumnalis). En los Estados Unidos, los cerdos parecen ser el reservorio de la serovariedad bratislava; en Europa también lo son los tejones. Otros huéspedes animales con estados de portador muy breves incluyen roedores ferales, ciervos, ardillas, zorros, mofetas, mapaches, zarigüeyas y mamíferos marinos (lobos marinos) Las serovariedades que infectan a los reptiles y anfibios (ranas) al parecer no infectan al ser humano, pero se han observado casos sospechosos en Barbados y Trinidad. En los animales portadores  aparece una infección asintomática en los túbulos renales, y la leptospiruria persiste por largo tiempo o, especialmente en las especies que actúan como reservorios, durante toda la vida. Cabe destacar que más de 100 especies de animales sirven de reservorio y fuente de infección de L. interrogans.

Como habíamos señalado, no sólo la posición geográfica sino la ocupación son los factores de riesgo que se deben tomar en cuenta a la hora de realizar algún diagnóstico diferencial. Cualquier excoriación de la piel que exponga mucosa y leptospira entre en contacto con estas, aumenta el riesgo, en charcos de agua contaminados, vegetación entre otras fuentes, así además la ingesta de agua o alimentos contaminados, constituyen riesgos considerables de transmisión y desarrollo de la enfermedad.

Un trabajador agrícola, un granjero o ganadero, si se hiere o posee la piel excoriada o herida que exponga la mucosa o la dermis, corre el riesgo de padecer esta patología. Se ha documentado otros casos como recogedores de basura sin protección, en zonas inundadas que hayan tenido contacto con agua contaminada, entre otros casos esporádicos, como caídas en charcos, entre otros.

Los niños o adolescentes, que visitan zonas rurales y se bañan en ríos, lagunas, entre otras fuentes de agua estancadas, también corren el riesgo de contaminarse y padecer la enfermedad.



Características Clínicas de la Enfermedad

El cuadro clínico de la enfermedad es muy variable. Por lo general se presentan síntomas y signos que son muy comunes a otras enfermedades y que tienden a confundir el diagnóstico, de ahí la importancia de realizar el mismo bajo un enfoque integrador teniendo en cuenta los elementos clínicos, epidemiológicos y de laboratorio. Lo más importante es pensar en la enfermedad e instalar un tratamiento oportuno.

Síntomas y signos

Los tres síntomas más importantes en orden de frecuencia son: fiebre (presente en cerca del 100 % de los casos), cefalea (95%) y dolores musculares o mialgias (90%) –siendo más frecuentemente en las pantorrillas-. Puede presentarse además vómitos (65%), artralgias o dolores articulares (60%), diarreas (50 %) e ictericia o coloración amarrillenta de la piel, ojos, palmas y plantas, entre otras zonas corporales (40%). Indistintamente puede aparecer hepato-esplenomegalia (agrandamiento o inflamación de hígado y bazo), tos, hemoptisis (tos con sangre) y alteraciones neurológicas.

Fases de la enfermedad

Para conocer un poco más sobre esta enfermedad, hay que destacar sus fases y de esto depende también comprender los estadios de la misma.

Fase septicémica o leptospirémica: su duración oscila entre 7 a 10 días y en ella se aíslan las leptospiras en sangre y líquido cefalorraquídeo.

Fase inmune o leptospirúrica: su duración oscila entre 4 a 30 días. La bacteria se aísla en la orina, llegando a desaparecer las leptospiras del organismo, con la excepción de la cámara anterior del ojo y del riñón.

Tanto la primera, que es la presencia en sangre de la bacteria, como la segunda, en donde se aloja en el riñón, es importante tenerlas en cuenta según su periodo, ya que se puede conocer cuando esta puede ser transmisible y donde encontrar la bacteria para aislamiento.

Dentro de las formas clínicas, se señala la Forma monofásica, por lo general se presenta un cuadro febril con variadas manifestaciones clínicas y de carácter autolimitado, las que son muy evidentes en la fase septicémica de la enfermedad. En la Forma bifásica, las manifestaciones clínicas son floridas durante la fase septicémica (primera semana), seguida de un periodo de 24 a 72 horas asintomático y una segunda fase inmune caracterizada por uveítis, (inflamación de la úvea, lámina intermedia del ojo), meningitis aséptica, mialgias, pudiendo reaparecer la fiebre, con una duración de 4 a 30 días.

Entre la forma monofásica y bifásica de la enfermedad se agrupan el 90 % de los casos de Leptospirosis. De forma general la enfermedad tiende a tener un comportamiento monofásico, bien porque en las formas leves la segunda fase sea clínicamente breve o inexistente, o bien porque en las formas graves las fases se funden, en una expresión continua de los diferentes síntomas y signos.

Podemos mencionar además la forma más grave de la enfermedad, conocida como enfermedad o síndrome de Weil. Esta es una etapa de la enfermedad en la cual la aparición de afectación o fallos orgánicos es característico. Se destaca la presencia de síntomas típicos como fiebre, dolor de cabeza (cefalea), escalofríos, mialgias, astenia, síntomas digestivos, disuria, coluria, eritema conjuntival, ictericia y posterior disfunción de órganos como riñón e hígado llevando a insuficiencia hepatorrenal pudiendo estar o no asociada a insuficiencia respiratoria, hemorragia pulmonar o coagulación intravascular diseminada (CID). Esta forma se presenta solo entre el 5 y el 10 % de los casos.






Período de incubación

Por lo general 10 días, con límites de 4 a 19 días e incluso se ha documentado hasta 30 días, es decir un mes.

Período de transmisibilidad

Es rara la transmisión directa de una persona a otra. Las leptospiras pueden excretarse con la orina durante un mes, pero en los seres humanos y otros animales se ha observado leptospiruria incluso hasta 11 meses después de la enfermedad aguda.

Susceptibilidad y resistencia

Respecto a estas condiciones, la susceptibilidad humana es general; la inmunidad a una serovariedad específica surge después de la infección o, a veces, de la inmunización, pero quizá no proteja contra la infección por otra serovariedad.

Diagnóstico

El diagnóstico es generalmente basado en la serología junto con una presentación clínica y datos epidemiológicos (antecedentes de posible exposición, presencia de factores de riesgo). La prueba de aglutinación microscópica (MAT por su sigla en inglés) y el inmunoensayo enzimático o enzimoinmunoanálisis (ELISA) son dos pruebas serológicas utilizadas para el diagnóstico de laboratorio de leptospirosis. Para obtener un diagnóstico positivo usando MAT, el estándar de oro, deben ser comparadas al menos dos muestras consecutivas de suero, tomadas a intervalos de cerca de 10 días, para observar un incremento de cuatro veces o más en anticuerpos. El aislamiento de leptospiras de la sangre, orina u otros materiales clínicos a través del cultivo, la reacción en cadena de polimerasa (PCR) y las técnicas de tinción inmunológica pueden estar disponibles en algunos centros. El aislamiento de leptospiras es la única prueba directa y definitiva de la infección.
Para el diagnóstico postmortem, además de la serología y el cultivo, las leptospirias pueden ser demostradas en tejido usando PCR o coloración (inmunohistoquímica) en especial por inmunofluorescencia directa.

El diagnóstico diferencial debe hacerse cuidadosamente de otros síndromes febriles, como dengue, malaria, hepatitis, anemias hemolíticas o enfermedades de la sangre, síndromes meníngeos, neumonías, entre otras. Es imprescindible interrogar al paciente sobre su residencia, ocupación, áreas de estadia, contacto con otros casos, entre otros, para apoyar la sospecha. Preguntas como si trabaja en granja, si es trabajador agrícola, tenencia de animales domésticos, visitas a áreas de desastres o inundadas, aparición de casos con similares síntomas, ya sea en su casa o lugar de trabajo, baños al aire libre en lagunas, ríos, entre otro, podría ayudar a establecer un diagnóstico diferencial más certero.

Las pruebas de laboratorio son esenciales en estos casos. Tanto el hemograma, como pruebas hepáticas, de funcionamiento renal, sonografias entre otras, orientan a determinar ciertas enfermedades o descartar otras similares.

Tratamiento

El tratamiento es crucial en estos casos. Es importante consultar a su médico ante cualquier sospecha o exposición de los factores de riesgo antes mencionados. No instaurar tratamiento o automedicación sin previa autorización o evaluación por especialistas o medico de cabecera.

Una vez establecido el diagnóstico o mantener la sospecha, es a base de antibioterapia, siendo la doxiciclina la de primera elección, a razón de 100 mg cada 12 horas via oral por 1 semana. La penicilina y derivados (amoxicilina en niños a razón de una cucharada cada 8 horas via oral por una semana o 7 días, en embarazadas en capsulas, y la ampicilina) suelen ser de segunda elección y cuando el paciente esta ingresado en el centro de salud. Otros antibióticos también empleados son cefalosporinas y macrólidos, como eritromicina y tetraciclina. No se debe emplear doxicilina ni tetraciclina en embarazadas ni en menores de 8 años.

De manera de profilaxis, en adultos la doxiciclina (200 mg semanal via oral), niños (Amoxicilina una cucharada cada 8 horas via oral) y embarazadas la presentación en capsulas de amoxicilina en igual periodo que en niños.

Importante no automedicarse, ya que esto puede enmascarar la enfermedad y propensa a tardanza para asistencia médica. Ante la sospecha por los signos y síntomas, acuda a un centro de salud o consulte con su médico. La leptospirosis en etapas avanzadas o tardías puede ser mortal.

Todos los casos sospechosos de leptospirosis deben ser notificados a las oficinas de Epidemiologia, sean locales, regionales o nacional.

Medidas preventivas:

  1. Educación sobre los riesgos de contagio y desarrollo de la enfermedad.
  2. Mantener una higiene óptima en los hogares, en especial en las áreas de manipulación de alimentos.
  3. Protección según área laboral.
  4. Salvo sea de un equipo socorrista, no visitar zonas de desastres naturales.
  5. Evitar la automedicación en los casos de sospecha o contacto con personas que padecen la enfermedad.
  6. Consultar a su médico ante cualquier duda.


Referencias Bibliográficas

Chin, J. El Control de las Enfermedades Transmisibles. Decimoséptima edición. Informe oficial de la Asociación Estadounidense de Salud Pública. OPS. 2001.

Ministerio de Salud Pública. Guía y Protocolo de Diagnóstico, Manejo y Tratamiento de la Leptospirosis. Serie de Guías y Protocolos del MSP, Primera edición. Santo Domingo, República Dominicana. 2010.

Leptospirosis humana: guía para el diagnóstico, vigilancia y control / Organización Mundial de la Salud; traducción del Centro Panamericano de Fiebre Aftosa. - Rio de Janeiro: Centro Panamericano de Fiebre Aftosa –VP/OPS/OMS, 2008. 127p.: il. (Serie de Manuales Técnicos, 12)

Carrada-Bravo. T. Leptospirosis humana. Historia natural, diagnóstico y tratamiento. Rev Mex Patol Clin, Vol. 52, Núm. 4, pp 246-256 • Octubre - Diciembre, 2005. Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/patol/pt-2005/pt054f.pdf

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Imágenes:

Guía y Protocolo de Diagnóstico, Manejo y Tratamiento de la Leptospirosis
http://porcino.info/wp-content/uploads/2015/11/leptospira1.jpg
http://masscience.com/wp-content/uploads/2015/10/071027174533_1_900x600.jpg